Taller: Un parabrisas exógeno.

Pieza de ratón de ordenador adaptada como parabrisas de cabina.

Siempre he tendido a fantasear con facilidad. A veces he imaginando, a partir de una imagen o un objeto sugerente, situaciones, vehículos y otros objetos que me convirtieran en protagonista de una aventura o, como en el caso de las películas, en su observador externo. A veces, esas imágenes y esos objetos han sido el germen de la inspiración para idear pequeños juguetes. Así, hace mucho que me ronda por la cabeza la intención de utilizar piezas de plástico de formas y colores peculiares para adaptarlas a TENTE, convirtiéndolas en piezas exógenas, impropias. Este fue el caso de la pieza que presento en este artículo, que encontré en la calle rondando el año 2009, perdida de algún tipo de aparato electrónico que en su día desconocía, de la empresa de telefonía española más popular. Me cautivaron tanto su forma como su color y translucidez, y pensé que podría utilizarla como parabrisas de una cabina si las medidas encajaban y la trabajaba un poco, cosa que no ejecuté hasta poco antes del 17 de febrero de 2013.



Este trabajo consistió únicamente en cortarla recta por detrás a la distancia adecuada, ya que tenía ese lado en forma de "U", y hacerle junto a ese corte un par de orificios de 6 mm de diámetro separados otros 2 mm entre sí para poder encajarle los tetones de una bisagra 2x1 de TENTE. Dado que inicialmente su uso sería exclusivo como cabina, no quise hacerle más taladros. Además, su forma curva en todas sus dimensiones hace que no se puedan alinear los tetones de una pieza más larga, por lo que más de dos resultaría no solo excesivo, sino contraproducente si no se le van a instalar piezas de un solo tetón o por el lado exterior, cosas ambas que no tenía intención de hacer. No fue mi primera pieza exógena, pero sí la de plástico de mejor calidad hasta el momento, la mejor trabajada y la más atractiva.



Poco después encontré por Internet, por fin, una pequeña y mala imagen del objeto de procedencia de la pieza, gracias a la sugerencia de más de una persona. Se trataba de un ratón de ordenador que, dada la característica translúcida de la misma, supuse que tendría iluminación interior. Para años más tarde dejé la tarea de eliminarle la serigrafía de la marca de origen, ya que entonces carecía de las herramientas más adecuadas para hacerlo sin estropear la calidad de pieza. Mientras estuvo a la espera, formando parte del primer y único modelo que ha completado hasta hoy; pero eso lo dejo para un siguiente artículo.